Es increíble como después de tanto tiempo dos personas que no han coincidido en el tiempo ni en el espacio pueden parecerse tanto. Tú a mí no me conoces, pero yo siento como si te conociera de toda la vida.
En mi casa, a día de hoy, hay un señor que te tiene presente siempre y te menciona en cuanto tiene ocasión. En el fondo, ese señor aún sigue siendo un niño de 17 años que te echa de menos, y aunque ha tenido que vivir sin ti, no sabe cómo hacerlo.